Del barroco al clasicismo en la América virreinal. - Syntagma Musicum

Nuestro pasado histórico ha estado siempre acompañado de un pasado musical, pero éste recién ahora cobra vida, materializándose en un sonido que nos es nuevo y que al mismo tiempo reconocemos como propio. Syntagma Musicum se ocupa de la tarea de rescatar ese universo: un repertorio musical que cobra realidad con una nueva razón de ser, ahora, en nuestra época, combinando la frescura de lo sorprendente con la impronta de sus antiguos orígenes. Además, en estas versiones encontramos un aporte adicional: no busque el auditor las masivas interpretaciones de la iglesia "birreynal" ni las óperas palaciegas, sino la obra pequeña, popular acaso, adaptada a las posibilidades del salón y la tertulia. Este mundo sonoro, fuera del ámbito público, se halla inmerso en las prácticas sociales de un vasto período de nuestra historia, que abarca desde el salón "birreynal" hasta comienzos de este siglo. En él convive la novedad de lo recién compuesto con repertorios recordados ancestralmente. Una partitura de teclado es compartida y repartida entre intérpretes diversos o se suple la falta de algún instrumento con otro. El fin es el goce compartido de la música y el medio sonoro no es lo importante. Es entonces el salón "birreynal" el que cobra vida en estas cuidadas recreaciones efectuadas por Syntagma Musicum.

Primeramente encontramos a Roque Ceruti, que abre el programa con la composición A donde remontada mariposa que acusa el origen milanés del autor, quien llegó a Lima en 1707 como Director Musical al servicio del virrey Castell dos Rius. Ceruti es, sin duda, responsable de la introducción del estilo italiano en la música colonial peruana. También en este estilo encontramos la composición anónima Cantada con un violín solo a Nuestra Señora Galeón, Nº5 de la grabación; data aproximadamente de 1730 y procede de la Catedral de Sucre. Esteban Salas (1725-1803), máximo representante de la música colonial cubana, también se suma a este estilo en su Cantada a solo con vls. y bajo Tu, mi Dios, entre galas, Nº7 del programa. Parte importante del atractivo de esta grabación lo constituye el hecho de incluir obras instrumentales, un repertorio muy escaso en el ámbito de la América colonial. De las seis composiciones de este tipo que aparecen en el programa, cuatro son chilenas. Las otras dos son las Sonatas VIII y X de Juan Antonio de Vargas y Guzmán, español avecindado en Veracruz, México; en esa ciudad publicó en 1776 su Explicación para tocar guitarra..., tratado que abarca distintos aspectos de la interpretación guitarrística, siendo además una valiosísima fuente de información respecto a la práctica musical de su época. De esta Explicación... proceden los Nºs 8 y 9 de la grabación, originalmente escritos para guitarra solista y otra guitarra que efectuara el "bajo cifrado".

Ocho son las obras chilenas que aparecen en este programa: cuatro de tradición escrita y cuatro de tradición oral. Estas últimas han sido reconstituidas en versiones acorde al espíritu del "salón" de fines del siglo XVIII. Se trata de los Nºs 10, 11 12 y 13 de la grabación. Las cuatro composiciones de tradición pentagrámica son inéditas y están contenidas en un manuscrito que ostenta, en su folio inicial, el título de Libro Sesto y el nombre de María Antonia Palacios. Dichas obras son las Nºs 2, 3, 4 y 6 del programa. El Libro Sesto es una colección de composiciones instrumentales (casi todas para teclado) de origen aún incierto. Perteneció a una intérprete, María Antonia Palacios, de fines de siglo XVIII. Lo sorprendente respecto a la posible existencia de una María Antonia Palacios en Santiago de Chile en una época contemporánea al Libro Sesto, es que la única que responde a ese nombre sea una esclava negra que perteneció a Juan Antonio Palacios (de quien adquirió el apellido al ser bautizada); fue luego heredada por su hermano Joaquín y posteriormente legada a Gertrudis Palacios, hija de Joaquín, rica despositaria de los bienes de la familia y con fuertes lazos con la Iglesia. La música escrita en el Libro Sesto acaso fue recopilada para esa María Antonia: una esclava educada para cumplir su papel de intérprete ante una reunión social o en una liturgia en la capilla familiar. La copiosa cantidad de obras reunidas en el Libro Sesto, junto al hecho de presentar tanto obras de carácter litúrgico como profanas, hace de este manuscrito un rarísmo y único documento que da cuenta de la música que sonó en el vivir de Chile a fines del siglo XVIII. De esta colección encontramos aquí un Juego de versos sueltos y largos de autor anónimo (Nº2 en la grabación) que corresponde a los cinco primeros versos del "Primer tono", seguramente para órgano. Lo hallamos en su versión de "salón", interpretados en clavecín. La Sonata de Palomar (Nº3 del programa) abre la incógnita acerca de la nacionalidad del autor, ya que no ubicamos el apellido Palomar entre los compositores españoles o chilenos de fines del siglo XVIII, constituyéndose así en un desafio para la musicología americana. Los Divertimiento VIII y Divertimiento VII, Nºs 4 y 6 de la grabación, corresponden a un conjunto de Nueve Divertimientos Músicos para organo compuestos por Dn. Juan Capistrano Coley, fechados en 1789. De este autor aparecen 29 obras en el Libro Sesto, siendo, en la actualidad, la única fuente existente de sus composiciones. Juan Capistrano Coley fue Maestro de Capilla en la Parroquia de Santa María de Viana (Navarra) entre 1787 y 1792. Se reincorpora la obra de Coley al circuito conocido del repertorio español del siglo XVIII. El aporte que realiza Syntagma Musicum es, sin duda, valioso para el conocimiento de nuestra música americana. Presentamos este magnífico logro: el contexto sonoro de un época pretérita, pero viva en resonancias auténticamente propias.

Guillermo Marchant

Revista musical chilena
ISSN 0716-2790 versión impresa
Rev. music. chil. v.52 n.189 Santiago ene. 1998
RESEÑAS DE FONOGRAMAS

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