Escuela Flamenca



En Francia y Bélgica (entonces, Flandes) del siglo XV, se destacó un grupo de compositores en torno a Ockeghem. Es considerado el padre de una nueva escuela. Compuso canciones, motetes, misas y otras obras complejas que llegan a utilizar 36 voces en su Deo Gratias. Lo sigue Josquin Després (apodado Príncipe de la Música) quien compuso misas sobre textos y melodías profanos. Además de ellos, se destacan los nombres de Gombert (maestro de capilla de Carlos V de España), Adrián Willaert (fundió el arte nórdico con el estilo veneciano) y quien lo sucedió en el puesto de maestro de capilla de San Marcos... otro flamenco: Cipriano de Rore (uno de los primeros que utilizó el cromatismo en la polifonía vocal). Entre los holandeses encontramos creadores sobresalientes como Obrecht, Arcadelt y Verdelot. Los dos últimos residieron en Roma y Venecia. Al mismo tiempo, Francia brillaba con las creaciones sonoras de Jannequin y Claude Le Jeune, entre otros.
Misas
El viejo orden litúrgico de la misa renace en el siglo XV con varios tipos de acuerdo a la voz que entonaba el cantus firmus. Podían ser de discanto y de tenor, modalidad que armonizada a cuatro voces y se convirtió en la seña de identidad de la polifonía vocal franco-flamenca por ser uno de los primeros ciclos completos de esta forma musical una misa de Guillaume Dufay. En la segunda etapa, signada por la obra de Ockeghem, el cantus firmus se convirtió en una melodía popular de chanson, que apareció elulada y copiada en todas las voces. Hubo misas libres, sin cantus firmus o participación del autor. Luego, Josquin Després utilizó el cantus firmus como mero material que se desplazó entre diferentes voces, generando ciclos musicales como la Misa del hombre armado, en la que el cantus aparece en un tono más alto en cada movimiento.
Afinaciones

El do sostenido y el re bemol no eran la misma nota en los sistemas de afinación pitagórica del siglo XV. Esto originó el desarrollo de teclas duplicadas en órganos y clavecines. Otro motivo de controversia era la adecuación del texto a la melodía impresa, porque no siempre se correspondían una sílaba y una nota. Lanfranco y Zarlino, discípulo de Willaert y sucesor de Rore como maestro de capilla en San Marcos de Venecia, regularon la actuación de los editores e intérpretes al leer una partitura, por ejemplo, el modo en el que deben ponerse las figuras cantables bajo las palabras.

Música reservata

Término del siglo XVI que denominaba a unas técnicas compositivas que algunos no comprendían ni apreciaban del todo. Los maestros flamencos dominaban el mundo de la creación y ocupaban los principales cargos musicales. Eran creadores de estilo muy avanzado, dominaban las técnicas más elaboradas del contrapunto y el cromatismo, los ornamentos y los contrastes de ritmos y texturas. La música inició así una nueva época, reservada a los elegidos, mecenas, almas sensibles y bolsillos pudientes del mundo moderno. Según el holandés Samuel Quickelberg, el objetivo era "adecuar la música al significado de las palabras, expresar el poder de cada emoción diferente y tornar muy vividos los objetos del texto para que los mismos parezcan alzarse realmente ante nuestros ojos. A esta clase de música se la denomina "música reservata".

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