Syntagma Musicum - Escuche las Misas Prohibidas



Órgano, viola da gamba soprano, viola da gamba bajo, violín barroco, laúd barroco, guitarra barroca y voz tenor. Estas misas son "prohibidas" porque están fuera de los cánones normales de la misa latina y, en ocasiones, muy lejos del modelo vaticano.

Gilberto Ponce (CCA)

Del mayor interés fue el concierto ofrecido el miercoles 07 de mayo, por el prestigioso conjunto chileno Syntagma Musicum, que pertenece a la Universidad de Santiago de Chile. El conjunto que dirige Alejandro Reyes abordó en esta oportunidad un repertorio que fue rescatado de la región de la Chiquitanía de Bolivia.

El programa consultó obras mayormente religiosas, con fragmentos de las Misas de Tarixa y Guarayos, ambas de autores anónimos, junto a obras de autores como Pablo Hernández y Domenico Zipoli.

El conjunto ha participado en varias oportunidades en los Festivales de Música Barroca de Chiquitos, presentando música colonial americana. Y aquí y ahora demostró una vez más su total sintonía con el repertorio, así como una cuidadosa preparación. Desde el órgano, Alejandro Reyes condujo al tenor Gonzalo Cuadra, a Miguel Ángel Aliaga en viola da gamba soprano, al violín barroco de Hernán Muñoz, a Julio Aravena en viola da gamba bajo y a Eduardo Figueroa en laúd y guitarra barroca.

El apelativo de “misas prohibidas” viene simplemente del hecho de haber sido consideradas fuera de los cánones normales de la misa latina, pues en ciertos casos sus textos están en idioma vernáculo y sus partes se apartaban del modelo vaticano.

El factor Cuadra

El concierto fue de un alto nivel musical, destacando su enorme musicalidad, afiatamiento y sentido del estilo, y fue una demostración de gran virtuosismo en algunos segmentos instrumentales, como ocurrió en el “Preludio” dividido en tres partes. En la “Sonata” del Ofertorio con su elegante Menuet y en la “Sonata” de la “Communio” debemos destacar los dúos del violín con la viola da gamba soprano y sus juegos contrastantes con el resto de los instrumentos. También la finura de la guitarra barroca acompañante del tenor en la “Post communio” y la evidente solvencia del organista Alejandro Reyes en cada una de sus partes solistas.

Gonzalo Cuadra es un experto en este repertorio, y su desempeño fue brillante. Se acercó incluso al manierismo propio del barroco en sus inflexiones. Lo único que podríamos objetar es que a veces la tesitura resultó demasiado grave para su registro, pero su musicalidad salva el inconveniente. Además es importante destacar que se mueve con soltura en los idiomas en que están escritas las obras: latín, guarayo y español, agregando posteriormente el mapudungún, para los dos encores pedidos por el público.

Creemos que algunas partes de las misas están escritas para más voces, las que ahora fueron reemplazadas por algunos instrumentos. En cuanto a la selección, ésta logró mantener el interés del público gracias a los contrastes de carácter y de instrumentación de las obras. El público agradeció con fervorosos aplausos la incursión en un tipo de música que en la actualidad despierta el mayor interés en los círculos de los estudiosos de la música de todo el mundo.


Fuente: 08/05/2008 - El Mercurio

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