XVIII Ciclo de Música Antigua: G. P. Telemann: Fantasías para flauta y bajo continuo

Martes 18 octubre 19:30 hrs.
Centro Cultural Gabriela Mistral (sala A1)
Av. Alameda 227, Santiago
Entrada Liberada




ProgramaParte I

Fantasía XIII (libro 2, Nº 1)
Largo
Allegro/Grave/Allegro

Fantasía II (libro 1, Nº 2)
Grave
Vivace
Adagio
Allegro

Fantasía XXIII (libro 2, Nº 11)
Un poco vivace/Soave/Un poco vivace
Allegro

Fantasía XVI (libro 2, Nº 4)
Vivace
Grave
Allegro

Fantasía XXII (libro 2, Nº 10)
Presto
Largo
Allegro

Parte II

Fantasía VIII (libro 1, Nº 8)
Largo
Spirituoso
Allegro

Fantasía XXI (libro 2, Nº 9)
Siciliana
Vivace
Allegro

Fantasía VII (libro 1, Nº 7)
Alla francese (gravement/gay)
Presto

Fantasía IV (libro 1, Nº 4)
Andante
Allegro
Presto

Fantasía XXIV (libro 2, Nº 12)
Allegro
Moderato
Vivace
Presto


Intérpretes:
Sergio Candia, flauta dulce barroca
Eduardo Figueroa, laúd y guitarra barroca
Camilo Brandi, clavecín


Notas al programa

El principal objetivo de este programa es proponer una realización musical generada mediante procedimientos de análisis y reconstrucción, que lleva a sus límites un conjunto de principios de interpretación musical de arte, en este caso, de música antigua, también llamada “históricamente informada”.
Las fantasías de G. Ph. Telemann para instrumento melódico sin acompañamiento (bajo continuo) constituyen un repertorio canónico para los intérpretes musicales de instrumentos antiguos (flautas, oboe, violín). Ellas forman parte del repertorio de concierto y de innumerables registros fonográficos. No obstante, su ejecución se ha mantenido en general circunscrita a la modalidad originalmente definida por el compositor, esto es, como instrumento solista no acompañado.
Una consideración más detallada de estas obras ―desde el punto de vista analítico y estilístico― evidencia su estrecha vinculación con otros géneros musicales cultivados profusamente por Telemann, los que contemplan el acompañamiento de bajo continuo, o la consideración de dos o más voces de contrapunto armónico. En dichas obras se advierte además una característica típica de la composición del período, que consiste en la cita y “reciclaje”, más o menos literal, de frases, motivos melódicos y hasta movimientos completos de sonatas o conciertos que son reutilizados por el autor, muchas veces con una clara intención de que sus potenciales auditores reconocieran el origen del material temático reutilizado.
La interpretación de estas fantasías en diversos instrumentos “a solo” se encuentra acreditada en las mismas publicaciones de Telemann, en donde al comienzo de cada pieza registra las llaves de sol italiana (en segunda línea) y llave de sol “de violín” o francesa (en primera línea) con sus respectivas armaduras de alteraciones, indicando su virtual e indistinta ejecución en diversos instrumentos.
Obras similares a estas fantasías fueron escritas por ilustres contemporáneos de Telemann: la Partita en la menor para flauta sola y las partitas para violín solo de J. S. Bach, la Sonata en la menor para flauta sola de C. Ph. E. Bach, una colección de piezas para flauta sola de Johann Joachim Quantz y otra colección de piezas similares publicadas por Braun le Cadet en París, en 1740. Las fantasías de Telemann constituyen en su conjunto un compendio de variadas formas de elaboración de discurso musical en diversos planos (Kuijken, 1987): escritura “pseudopolifónica” en la línea melódica; diversos esquemas formales del período barroco tardío, tales como la obertura francesa, la sonata de iglesia, la sonata o concierto “vivaldianos” en tres movimientos contrastantes, la suite de danzas, o la tocata y fuga; asimismo, aparece una gran diversidad de estructuras asociadas a movimientos individuales, correspondientes a danzas propias del período y de los distintos “estilos nacionales” del Barroco europeo: alemanda, corrente, sarabanda, minuet, passepied, gavota, bourré, rondeau, polonesa, giga, por sólo mencionar algunas. Todas estas formas son tratadas por Telemann con grados diferentes de libertad, razón por la cual, tal vez, nunca indica el nombre de la danza correspondiente.
Basándonos en estos antecedentes sobre las fantasías para instrumento sin bajo de Telemann, y en las noticias sobre su propia práctica compositiva y las prácticas de ejecución de su época, proponemos una versión con acompañamiento de bajo continuo (en este caso, en cuerdas pulsadas), la que constituye ―hasta donde sabemos― el estreno mundial de una interpretación que, lejos de desvirtuar las características formales y estilísticas de estas fantasías, nos brinda la oportunidad de una apreciación en profundidad de sus cualidades artísticas y su potencial expresivo.

Sergio Candia Hidalgo

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