Primer disco de La Pulsata "La guitarra entre dos mundos" ya se encuentra disponible

La grabación del disco "La guitarra entre dos mundos" es el primer registro del destacado trio La Pulsata, intregrado por tres de los especialistas más destacados del medio nacional en el terreno de la cuerda pulsada histórica bajo la dirección de Cristián Gutiérrez, incluye material inédito del Archivo del Museo de Lima y de la Catedral de Guatemala. Sin duda una grabación muy esperada y necesaria a la hora de rescatar un patrimonio artístico único, además de reconstruir la historia de la guitarra latinoamericana hasta un pasado muy poco explorado.

Por medio de un estudio cuidadoso de las fuentes originales y un conocimiento de la literatura en torno al tema, el grupo intenta ofrecer una propuesta a la vez atractiva en el ámbito artístico y plausible desde un punto de vista histórico-musicológico. Así, junto al repertorio a solo para guitarra barroca, laúd, vihuela o tiorba, incluye también arreglos para dos o tres instrumentos realizados por los propios miembros del grupo. La Pulsata está integrado por los músicos Cristián Gutiérrez, Rodrigo Díaz y Alejandro Vera.


"La guitarra entre dos mundos"

El presente disco incluye repertorio para guitarra seleccionado de diversas fuentes musicales, cuyo denominador común consiste en haber sido usadas en la América virreinal. Algunas de ellas fueron importadas desde España, mientras que otras fueron copiadas en el continente americano. Entre las fuentes de origen español se incluyen el “Códice Saldívar nº 4” y el manuscrito “Cifras selectas de guitarra”, ambas de Santiago de Murcia (1673-1739). La primera fue encontrada en Guanajuato (México) por el musicólogo Gabriel Saldívar en 1943 y se conserva en manos de sus herederos, mientras que la segunda fue encontrada en Santiago por Alejandro Vera y se conserva actualmente en la Biblioteca de Humanidades de la Pontificia Universidad Católica de Chile. Del amplio espectro de música cubierto por este compositor hemos escogido piezas de carácter popularizante, como el “Fandango” y el “Cumbé”, junto a otras más elegantes, como “Los imposibles”, las “Gallardas por la E”, las “Folías españolas” y el “El torneo” (pieza de varias secciones, que incluye además unas “Jácaras” y unas “Gallardas”).

La otra fuente producida en España es la conocida Instrucción de música de Gaspar Sanz, que fue impresa entre 1674 y 1697, en diversos fascículos y ediciones, como han demostrado los estudios de Luis García-Abrines. Hasta ahora, el único indicio sobre su influencia en Hispanoamérica era una sarabanda incluida en un manuscrito mexicano; pero una reciente búsqueda documental, en el marco del proyecto citado, ha demostrado que la Instrucción era conocida en el Perú en 1779, prácticamente un siglo después de haber sido publicada. Esto nos permite considerar la hermosa música de Sanz como parte de aquella que sonó en la América virreinal e incluirla en este concierto. A él pertenecen los “Marizápalos”, la “Esfachata”, una “Sarabanda”, las “Jácaras”, unos “Passacalles” y sus famosos “Canarios”.

Sobre las fuentes restantes tenemos menos información, pero tanto su factura como su contenido permiten afirmar con bastante certeza que debieron copiarse en Hispanoamérica. El manuscrito 1560 de la Biblioteca Nacional de México incluye piezas para violín y guitarra de diversos autores. Las piezas seleccionadas son unos “Pasacalles” anónimos y unas variaciones sobre la “Folía”, escritas originalmente para violín por Arcangelo Corelli.

El “Libro de zifra” conservado en el Museo Nacional de Arqueología, Antropología e Historia del Perú, fue copiado en torno a 1800 e incluye música en su mayor parte anónima. Sin embargo, un estudio de concordancias nos ha permitido comprobar que algunas piezas se hallan también en otras fuentes: por ejemplo, uno de los minuetos seleccionados para este concierto se encuentra en el “Códice Saldívar nº 4” de Murcia, mientras que la “Marcha de Nápoles” se conserva también en el conocido libro “Explicación de la guitarra”, de Juan Antonio de Vargas y Guzmán, copiado en Cádiz en 1773. Estas correspondencias sugieren que los principales libros españoles de guitarra eran conocidos en Lima a fines del siglo XVIII. Además, la comparación con el libro de Vargas y Guzmán ha permitido transcribir adecuadamente la “Marcha de Nápoles”, ya que la versión editada en 1992 por el guitarrista Javier Echecopar presentaba una serie problemas que dificultaban su ejecución.

Finalmente, el manuscrito de Sebastián de Aguirre, igualmente conocido como “Códice Saldívar nº 2”, perteneció también a la colección privada de Gabriel Saldívar en México. Aunque no indique fecha alguna, su caligrafía y repertorio sugieren que debió copiarse en torno a 1700. Su música es mayoritariamente para cítara, pero incluye también algunas piezas para guitarra, de las cuales hemos seleccionado unas “Pavanas” y unas “Jácaras”.


Aunque las piezas escogidas están destinadas originalmente a la guitarra sola, para el presente concierto hemos arreglado algunas de ellas. En su forma más simple (las “Jácaras de Sanz”, los “Cumbés” de Murcia y otras), nuestros arreglos han consistido en desarrollar una línea de bajo ya implícita en la fuente y destinarla a la tiorba, repartiendo entre dos guitarras las variaciones que originalmente están destinadas a una sola. En otros casos (las piezas del “Libro de zifra”, las “Folías españolas” y el “Torneo” de Murcia) hemos ido un paso más allá, escribiendo una parte nueva para la segunda guitarra. Ambas prácticas están documentadas en la época: el célebre guitarrista italiano Francisco Corbetta publicó un libro para dos guitarras en el que incluyó versiones nuevas de piezas que anteriormente había publicado para guitarra sola; además, la versión de la “Marcha de Nápoles” conservada en el manuscrito de Vargas y Guzmán incluye un bajo instrumental, ausente en la versión limeña, cosa que perfectamente pudo ocurrir con otras de las piezas seleccionadas sin que tengamos noticia de ello; por último, la presencia de la tiorba en Hispanoamérica está documentada desde fines del siglo XVII (en las misiones jesuíticas, con Anton Sepp) a fines del siglo XVIII (en Ciudad de México, con el clérigo José Ignacio Bartolache); de modo que su inclusión por nuestra parte no es arbitraria, como a primera vista pudiera parecer.

En su conjunto, lo que el disco ofrece es un panorama de la música para guitarra que se tocó en la América virreinal, abarcando tanto repertorio de inspiración popular como de tono más aristocrático, lo que da cuenta de la gran diversidad sonora del período. 

La Pulsata

La Pulsata "La guitarra entre dos mundos"
Disponible mediante contacto con Cristián Gutiérrez al mail crgut@yahoo.es

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